El cumarú, al igual que otras maderas tropicales originarias de Sudamérica como el ipe y la teca, es bastante utilizado en recubrimientos de pisos exteriores como terrazas, jardines y piscinas, siendo precisamente alrededor de las piscinas el lugar donde más se suele instalar por su gran resistencia a la humedad. Gracias a su durabilidad y propiedades tecnológicas, esta madera es más apta que la obtenida de otras especies, ya que no se deforma ante la presencia de la humedad y su nivel de contracción y daños por el calor es mínimo. Esto se debe a que por su origen, sus fibras están habituadas a condiciones de humedad y temperatura elevadas, de ello que sea ideal para utilizarse en decks, parquet y tableros de madera para exteriores.
El nombre científico del cumarú es Dipteryx spp y los nombres comerciales que se le dan en América Central son almendro y ebo, en Bolivia es conocido como almendrillo, en Brasil como champanha o cumarurana, en Colombia y Venezuela como Sarrapia, en Perú como carapilla o shihuahuaco amarillo, en Guyana Francesa se le llama gaiac de cayenne y en Guyana se le llama kumaru o tonka bean. Esta especie crece en América Central y en el norte de la Amazonia y es bastante parecida al talí-elondo africano o bolondo, madera apreciada por su dureza y durabilidad, que se utiliza en la fabricación de puertas, ventanas y muebles exteriores. También se parece bastante al ipe y comparte algunas características con este al grado de que con frecuencia son confundidos, sin embargo, el Dipteryx spp presenta propiedades particulares de las que hablaremos a continuación.
La madera de esta especie presenta una albura de color blanco amarillento diferenciada del resto de las capas del tronco; su duramen tiene un color que puede ir del amarillo parduzco al pardo rojizo y presenta algunas vetas en tonos más oscuros, la dirección de la fibra va a contrahilo frecuente o fuerte, presenta un grano medio y un mallado muy fino. Una particularidad del duramen de esta madera es que cuenta con una estructura estratificada perceptible. Esta madera presenta un olor característico que la distingue y tiene un brillo moderado o elevado y las vetas a las que ya nos hemos referido se componen de arcos superpuestos y bandas paralelas que pueden presentar un jaspeado amarillo.
En cuanto a durabilidad, se trata de una madera que presenta buena durabilidad ante insectos que atacan maderas secas y una muy buena durabilidad a termitas y hongos, mientras que su durabilidad biológica es de clase 1. En este punto cabe mencionar que la clasificación de durabilidad de las maderas se establece a partir de ensayos de campo de pequeñas secciones de madera de duramen que se exponen a la intemperie y se clavan al piso, y a la clase 1 pertenecen maderas muy durables que tienen una duración de entre 10 y 15 años. Estas características corresponden a la madera en estado natural, es decir, sin ningún tipo de tratamiento, por lo que si se le aplica algún tipo de protección sus propiedades se refuerzan y por tanto tiene un tiempo de vida útil más largo.
La madera de esta especie tropical es muy pesada, en peso húmedo alcanza los 1,200 kg/m3 y su densidad al 12% de humedad es de 1,070 kg/m3. Se le considera una madera nerviosa ya que su coeficiente de contracción volumétrico es de 0,49% pero no presenta tendencia a deformarse. Es una madera muy dura y tiene una resistencia a la flexión estática de 1,780 kg/cm2, un módulo de elasticidad de 220,000 kg/cm2 y una resistencia a la compresión paralela de 680 kg/cm2. Para su transformación y puesta en obra, la madera de esta especie requiere de una sierra potente para el proceso de aserrado, además presenta un efecto de desafilado mediano.
Para secar esta madera se tiene que seguir un proceso lento en el que se presentan riesgos importantes de deformaciones y rajaduras, además de riesgos de cimentación cuando se trabaja con madera de gran espesor. La elaboración de piezas para su uso en diferentes aplicaciones puede presentar algunas dificultades por el contrahilo que presenta la madera y es necesario utilizar herramientas especiales en el proceso. Para su puesta en obra se tiene que aplicar un encolado delicado y en caso de que se desee clavar se tienen que hacer las perforaciones antes de la instalación. Es una madera que ofrece buenos acabados y un bajo nivel de impregnabilidad.
Gracias a todas sus propiedades este es un tipo de madera que se utiliza ampliamente en carpintería interior para la fabricación de revestimientos, molduras, puertas, escaleras, frisos, rodapiés y principalmente parquet. También se utiliza en construcción pesada y en carpintería exterior y de armar, siendo más común que la encontremos como recubrimientos de pisos en forma de decks exteriores.
Las razones por las que tiene un uso bastante extendido en recubrimientos exteriores ya las hemos mencionado, y es su alta resistencia a la humedad y a las altas temperaturas las características principales por las que se instala con bastante regularidad en los alrededores de piscinas. Para esta explicación en específico se utiliza el cumarú en forma de decks, piezas de madera de espesores, largos y anchos variables que se colocan sobre un bastidor de aluminio, de acero o de la misma madera para que no tengan contacto directo con el suelo, lo que los aísla de la humedad y por tanto, no sufren deformaciones y otro tipo de daños por exceso de humedad en sus fibras, como puede ser la aparición de hongos.
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